Memoria del agua
La contradicción existente entre la química y los compuestos homeopáticos, llevó a los homeópatas a dar un nuevo salto. Idearon un extraño fenómeno, la dinamización del agua y su potenciación.
"Como consecuencia de un adecuado procedimiento de agitación de las disoluciones (llamado sucusión), se consigue que el agua, así energetizada, guarde en su memoria la esencia de la sustancia que tuvo disuelta"
Para conseguir que las propiedades de la sustancia a disolver, queden en la memoria del agua, a cada nueva dilución se le proporcionan 100 agitaciones enérgicas (algunos proponen 150) para lo cual se golpea el recipiente contra una superficie adecuada (goma, cuero) o con agitadores específicos.
A través de estos golpes se consigue que se transmita al agua esa información que se almacenará en su memoria. Cuanto mayor sea el número de diluciones más esencia se incorporará a la memoria del agua y mayor será su capacidad de curación
Esto no es que sea falso, es que es ridículo. Si aceptamos esta virtud del agua, la de cualquier río, mar, o del simple grifo, debería poder curar casi todas las enfermedades ya que ha estado en contacto con numerosas sustancias
¿Cómo explicar esta atrevida afirmación? El siguiente paso de la homeopatía es justificar esta "esencia vital" que es memorizada por el agua.
Aún si cabe, la explicación es más atrevida.
Esta "esencia" que ha sido transmitida al agua, se incorpora al paciente en forma de un determinado código. Este código, ayuda a reorganizar la "energía vital" del paciente y con ello la desaparición de los síntomas y por tanto la curación
Este "invento" de la memoria del agua por parte de la homeopatía, ha sido el único aspecto científicamente defendido y que tras ser publicado en la revista "Nature" y con ello considerado como teoría científica, se ha sometido a control.
El estudio científico sobre la memoria del agua fue llevado a cabo por Madeleine Ennis (profesora de farmacología) y por Jacques Benveniste.
Benveniste, era un afamado médico e investigador del CNRS en el terreno de la inmunología. Llegó a ser considerado como posible Premio Nobel de Medicina
Su asociación con la empresa Boirón, le llevó a afirmar que la "memoria del agua era algo real" . Para demostrarlo realizó una serie de experimentos que parecían confirmar su existencia. Este hecho habría revolucionado toda la física y la química.
Cometió el "error" de someter sus experimentos a un control externo al objeto de cobrar el millón de dólares que la fundación Randi ofrece a quien consiga demostrar la realidad de algún suceso de los considerados paranormales.
Este control externo demostró que Benveniste, había manipulado los resultados de sus experimentos y que "la memoria del agua" era pura ficción. Ante este fraude fue apartado del CNRS y de los propios laboratorios Boirón.
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