martes, 14 de diciembre de 2010

Homeopatía (primera parte)

La crítica a temas como el Zodiaco, los fenómenos paranormales, el vudú y similares, es algo generalmente aceptado, por contra cuando se tratan otros temas como homeopatía, acupuntura, .... siempre se desata la polémica y suele resultar apasionada que no apasionante

Con esta entrada inicio una serie sobre la homeopatía, siendo consciente de  que ningún adepto a la homeopatía, va a aceptarlo.

Una primera cuestión que podemos encontrar cuando buscamos información sobre ella, es la etiqueta de "medicina alternativa"

Esta expresión le confiere un aura de vuelta a la vida natural, de concienciación ecológica, de rechazo del capitalismo,.... y sobretodo es algo que está de moda como hace unos años lo estuvo la curación por las plantas

Hay incluso quien piensa que la homeopatía es una medicina ancestral. La realidad es que fué "creada"  hace menos de 200 años por Samuel Hahnemann. 

Así como la medicina "convencional" ha evolucionado de forma espectacular desde entonces, las prácticas homeopatícas siguen siendo las mismas que aplicaba Hahnemann

Su filosofía establece la existencia en el individuo de una "energía vital" que es capaz de superar la enfermedad (entendida como un conjunto de síntomas) 

Se basaba en dos principios fundamentales, aunque hace pocos años se añadió un tercero que Hahnemann no consideraba:

"Lo igual cura lo igual"

Al ser una técnica que únicamente admite los síntomas y no la enfermedad, afirma que

"cualquier sustancia que produzca los mismos síntomas que presenta el paciente, provocará la desaparición de los mismos"

Una picadura de abeja, produce inflamación en la zona afectada, por lo que podremos utilizar el veneno de las abejas para eliminar ciertas inflamaciones, sin importar que fué lo que las provocó

"Principio de dilución"

"Cuanto más diluida esté la sustancia activa, mayor será su capacidad de curación"

Esto es consecuencia del riesgo que a dosis naturales producen ciertas sustancias tales como venenos, que podrían llegar a matar al paciente. El propio Hahnemann, estuvo a punto de morir cuando probaba sus remedios

La memoria del agua

"El agua "recuerda" y almacena en su estructura, las propiedades de la sustancia que se diluyó en ella"

Este principio, lleva a afirmar que aunque al final del proceso de dilución no quede nada de la sustancia curativa, sus efectos permanecen en la memoria del agua, o en su caso de la sustancia en la que se hizo la dilución.

Los homeópatas afirman que la sustancia, medicamente activa, transmite al agua un cierto código, mediante un determinado proceso de agitación  (Sucusión).

Este códico es recordado por el agua

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